Hubo una vez una época enMéxico donde todo el poder se concentraba en un solo patido político, y ese poder se ejercía a través del Presidente de la República emanado desde luego de ese mismo partido. Era una relacion simbiótica; El Presidente era también el líder del partido y toda su estructura se alineaba a sus designios - ¿Qué hora es?... La que usted diga ¡señor Presidente! -, pero para poder llegar a ser el próximo presidente, se necesitaba quedar bien con el mandatario en turno y a su vez con las filas partidarias. Al ser el presidente en turno quien eligiera a su sucesor, se garantizaban por lo menos 2 cosas, continuidad del dominio de la clase política en el país y protección al gobierno anterior por parte del que se encontraba en funciones. Esto provocó un círculo vicioso en el que los funcionarios actuaban con impunidad y corrupción al sentirse protegidos. Por eso todos se alineaban, "el que se mueve no sale en la foto" solía decir un afamado político.
Sobra decir que la disciplina requerida para que el sistema funcionar era impresionante. Todo acontecer de la vida en el país era controlado por el habitante de la casa presidencial. Todo y nada se movía sin su aprobación. Así, la política controlaba la economía fijando precios, salarios y hasta el tipo de cambio del Peso frente al Dólar; aplicaba la justicia, modificaba leyes, quitaba unas y creaba otras a conveniencia; definía los programas sociales, daba y quitaba candidaturas, designaba gobernadores, manejaba los sindicatos de trabajadores, y repartía los puestos en la burocracia del gobierno que, no era pequeña, hay que recordar que aparte de CFE y PEMEX, el gobierno también era dueño de bancos, Teléfonos de México y hasta plantas industriales como Altos Hornos de México.
En esa época no existía la división de poderes, tanto el Congreso como el poder judicial eran controlados por el Ejecutivo, como lo era, el contenido en las televisoras, radio y otros medios de comunicación . La democracia era una simulación, ya que las elecciones eran organizadas y validadas por el mismo gobierno a través de la Secretaría de Gobernación y aunque había votaciones, simplemente era mero trámite. Hasta el regente del ahora extincto Distrito Federal era nombrado por el Presidente. Opositores al régimen eran perseguidos, algunos asesinados y se fabricaban delitos para amedrenar a los críticos.
Éste régimen duró aproximadamente 70 años, durante los cuales se adoctrinó a generaciones a idealizar a los héroes y el legado de la Revolución, se inculcó un nacionalismo patriotero y paternalista en donde se taladraban ideas como las de que el petróleo es nuestro y todos lo males del país eran atribuidos a los malditos gringos que nos tenían la pata en el pescuezo y que todo lo que se tenía era gracias a papá gobierno.
El sistema fracasó porque la realidad terminó imponiéndose. Por más que quisieron, la economía no se pudo manejar por la poítica, las recurrentes crisis y devaluaciones lo dejaron muy en claro. Los programas sociales fracasaban porque dependían del gobierno en turno y cambiaban cuando cambiaba el gobierno. La burocracia era ineficiente por la misma razón, personal cambiaba con el sexenio. De ahí la famosa etiqueta que se le daba al último año del sexenio de ser el "año de Hidalgo", ya que los burócratas sabían que lo más probable era que al comenzar el nuevo gobierno. fueran sustituídos por parientes, amigos, amantes, etc, de los nuevos dueños del poder por lo que era su última oportunidad de llevarse todo lo que pudieran y estuviera a su alcance en el puesto que ocupaban... "año de Hidalgo, ch... a su m... el que deje algo"
Al depender casi todo del gobierno y no haber competencia, la calidad de los servicios era muy mala y los costos muy altos; al no haber rendición de cuentas, o al ser ellos mismos los que se fiscalizaban, la corrupción creció y se enquistó en todas las dependencias gubernamentales. El narcotráfico se afianzó y aumentó su poder aprovechando la corrupción, complicidad y nula vigilancia que había por parte de las autoridades. Parecía como que existía una especie de pacto no escrito en donde se negociaba la gobernabilidad del país a cambio de que se permitiera la operación de estos grupos criminales, que en ese entonces se limitaba al cultivo y tránsito de la droga en el país para consumo de Estados Unidos.
Pero, es precisamente dentro de ese régimen e ideología del partidazo poderoso y sin contrapesos donde se formaron destacados políticos que ahora están en el poder, incluyendo el que ahora manda desde Palacio Nacional. Ellos son los conservadores originales, ellos fueron beneficiados por este sistema e hicieron todo lo posible por defender sus intereses, mantener sus privilegios y que el poder lo siguieran conservando los políticos de siempre.
Sin embargo, algo sucedió al final del sexenio de Miguel de La Madrid cuando tuvo que elegir a su sucesor. Al parecer una nueva clase política se habría formado en el PRI y ahora le disputaba el poder a los políticos dinosaurios. Los conservadores de aquél entonces, los que querían mantener la hegemonía del partido, jugaban sus cartas más fuertes y apostaron a que Manuel Bartlett fuera el elegido. Por otro lado estaban los "tecnócratas" esa nueva clase que se caracterizaba por tener integrantes jóvenes con estudios superiores y/o posgrados en el extranjero y venían con ideas "neoliberales" como el libre mercado. Dentro de este grupo su representante más destacado era Carlos Salinas de Gortari.
El resultado de esa lucha interna terminó en el rompimiento de una parte de la estructura del partido, sobre todo cuando Cuauhtémoc Cárdenas quedó excluído de la lista de precandidatos, y no sólo se salió del partido llevándose a una parte de sus seguidores con él, si no que compitió por la presidencia de la República en esas mismas elecciones a través de una alianza de partidos de izquierda en contra del partido que su padre ayudó a establecer. López Obrador se unió a esa alianza cuando el PrI le negó la candidatura al gobierno de Tabasco después de las elecciones de 1988 y fue candidato de la alianza para gobernar ese mismo estado, que por cierto perdió ante Roberto Madrazo y no aceptó (¡qué raro!) su derrota.
De la Madrid decidió que se necesitaba un cambio de rumbo y se inclinó por Carlos Salinas de Gortari para ser el candidato del partido oficial a la presidencia. Imagino que tuvo que haber causado mucho descontento esta decisión, pero al final, la disciplina partidista se impuso y desde la Secretaría de Gobernación, con Manuel Bartlett como su titular, se operó para que Carlos Salinas de Gortari fuera el siguiente Presidente de México.
A partir de esa decisión, comenzaron los cambios más trascendentes en la vida del país que permitieron entre otras cosas, que se diera la primer transición de poder democrática en el país en el año 2000. Se hicieron reformas para que las elecciones fueran organizadas y supervisadas por ciudadanos y no por el gobierno, se desestatizó la banca, se dio autonomía al Banco de México, se acotó el poder presidencial por medio de la división de poderes; el legislativo y el judicial ya no respondían a las órdenes del Presidente, se vendieron empresas gubernamentales, se crearon fideicomisos para que el presupuesto a programas prioritarios ya no dependieran del cambio de gobierno, se crearon instituciones para que el gobierno no fuera quien manejara los programas sociales directamente, evitando así que se les diera un uso electoral... en fin, se dieron las condiciones para que México se colocara en el mapa mundial como un país atractivo para la inversión y pudiera ser parte de un tratado de libre comercio con la nación más poderosa del mundo. Esto pisó muchos callos a los verdaderos conservadores, a esos políticos dinosaurios que veían impotentes como poco a poco iban quedándose sin espacios para acceder al poder, y como era de esperarse, pusieron resistencia para que estos cambios se dieran.
De ahí que muchos de estos personajes continuaran saliendo del PRI y se unieran al nuevo partido formado por Cárdenas, el Partido de la Revolución Democrática PRD, pasando de ser los que antes tenían el poder, a ser oposición. Por su puesto que esta corriente que se salió del PRI disfrazó su salida aludiendo a una corriente por la democratización del partido, cuando en realidad salieron porque no fueron considerados para ocupar los puestos que ellos querían y creían merecer.
¿Que faltaron muchas cosas por hacer en esos 30 años? Por su puesto, ¿que quedó a deber en muchos aspectos el neoliberalismo? desde luego, ¿que no se solucionaron todos los problemas y ni se repararon todos daños que dejaron 70 años de gobiernos autoritarios y corruptos? es cierto... pero también es cierto que iba a ser un proceso lento y que esos cambios que se dieron no eran la solución, pero sí pasos en la dirección correcta. Por otro lado, esos pasos se hubieran dado más rápido y habría mejores resultados si no hubiera sido por el sabotaje y mezquindad política de los conservadores que se volvieron oposición y que apostaron al fracaso de estos cambios para regresar al poder.
Por desgracia hoy, desde la oposición, esos conservadores originales han regresado. Esos que vieron afectados sus privilegios, los querían seguir con el control total del estado y continuar con el país de un sólo hombre. Ellos están nuevamente en el poder y están empeñados a regresar las cosas a como eran en las épocas del partidazo. Por eso su desprecio a los organismos autónomos, por eso su rencor y resentimiento por los que estudiaron en el extranjero o tienen conocimientos, por eso quieren destruir todos los contrapesos, por eso su rechazo a la iniciativa privada y su necedad de querer rescatar a PEMEX y a la CFE, por eso quieren desaparecer al INE y regresar a las elecciones organizadas y controladas por el estado, por eso violan flagrantemente la ley.
Los conservadores originales que se opusieron al cambio el siglo pasado, ahora están de vuelta y se aferran al poder usando todos los artilugios que aprendieron militando en el partido donde se crearon. Saben que en las próximas elecciones se lo juegan todo y pareciera que llegaran a ellas con una sola consigna. Ya nos sacaron una vez, no nos volverán a sacar. Esperemos que la ciudadanía no lo permita, podría ser la última oportunidad.
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